viernes, 4 de diciembre de 2009

Los justicieros de Ciudad del Este


La familia de William Bernal, jefe comercial de Última Hora en Ciudad del Este, sufrió el sábado anterior una noche de verdadera pesadilla.
Cerca de las 22:00, su esposa Fanny transportaba en auto a sus tres pequeños hijos, a su hermana y a la niñera, cuando un taxi les cerró el paso. Descendieron dos jóvenes con el torso desnudo, con armas cortas, que les apuntaron y ordenaron que bajen, para llevarse el vehículo y todas las pertenencias.
Ante la demora, los asaltantes dispararon contra el fuselaje del automóvil, sin importar quienes pudieran estar adentro. Solo un milagro evitó que las balas no hirieran a los niños y a las otras dos mujeres.
El violento atraco ocurrió sobre la muy transitada avenida San José, a dos cuadras de la rotonda Área Uno. Los demás automovilistas desviaban a gran velocidad, ignorando los desesperados pedidos de auxilio de las mujeres y los niños. Pero hubo un joven, a bordo de una motocicleta, quien al darse cuenta de lo que sucedía, se acercó socorrer a las víctimas. Tras percatarse de que no estaban heridos, el anónimo motociclista, con una pistola en la mano, se lanzó en carrera tras los asaltantes, realizando disparos contra el vehículo en el que huían.
Fue una larga noche de vigilia, en que los miembros de UH CDE acudimos a acompañar al compañero William en las gestiones ante las autoridades y en socorrer a los miembros de la familia aún en estado de shock. Luego, junto a patrullas policiales, desplegamos una intensa búsqueda por los barrios más sórdidos, tratando de ubicar al auto robado.
Cerca de las 04 de la madrugada del domingo, una llamada telefónica del mismo anónimo motociclista que había perseguido a los ladrones, informó que el auto estaba abandonado en las inmediaciones del mercado municipal. Hallamos el vehículo intacto, aunque vaciado de las pertenencias de valor y con el fuselaje cribado de balas. El misterioso héroe civil no quiso revelar su nombre.
El caso del “justiciero de la moto” no es el único. Ante la impune escalada de crímenes violentos, en noviembre ocurrieron otros cinco episodios en que vecinos de varios barrios de Ciudad del Este intervinieron para frustrar asaltos, perseguir y atrapar a delincuentes, y en dos casos incluso mataron a tiros a los asaltantes. Como en la clásica obra teatral “Fuenteovejuna” del escritor español Lope de Vega, los testigos se niegan a revelar los nombres de quienes hicieron justicia por mano propia.
Uno sabe, desde sus más profundas convicciones democráticas, que todo esto no es lo correcto, que la Ley prohíbe que los ciudadanos hagan justicia por mano propia. Pero tras haber vivido en carne propia la trágica odisea de la familia Bernal, resulta difícil ponerse en contra de los justicieros de Ciudad del Este.

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