Sobreviven desde hace tres o cuatro años en míseras chozas de hule y cartón levantadas en las veredas, arrinconadas contra la alambrada de un gran terreno baldío, en los costados de la Terminal de Ómnibus de Ciudad del Este, y otro grupo junto a la valla del Centro Regional de Educación.
Son cerca de 170 personas, principalmente mujeres, niños y adolescentes, pertenecientes a las etnias Mbya Guaraní y Ava Guaraní, que han ido llegando desde dispersas comunidades de Caaguazú y Caazapá, huyendo de la miseria y del olvido en sus antiguas tierras arrasadas, hasta recalar y constituir sus precarias “tolderías urbanas” en el paisaje esteño. De allí han sido desalojados con la fuerza policial y llevados en camiones hasta sus lugares de origen, más de una vez, pero siempre acaban volviendo, porque alegan que en el campo morirán de hambre. En la ciudad al menos pueden mendigar, o robar, o prostituirse.
Son mirados como “enemigos públicos”, indeseables invasores del espacio público urbano. Este jueves 18, más de 500 personas, entre taxistas, productores de la Feria de Hortigranjeros, educadores y alumnos, marcharon por las calles para exigir a las autoridades que los indígenas “sean echados de la ciudad y nunca más se les permita regresar”.
Se los ve como un grave peligro cotidiano. Niños y jóvenes siempre drogados, ojos vidriosos por el crack o el pegamento, mendigan junto a los semáforos, exigiendo dinero con actitud agresiva. Adultos en estado de borrachera casi permanente ofrecen a sus niñas de apenas 11 años como precoces prostitutas a los infaltables degenerados. Hay innumerables denuncias de robos y asaltos a traseúnntes, especialmente a turistas y viajeros que llegan a la Terminal.
La gota que colmó el vaso de la indignación fue el asesinato de Críspulo Porra Arévalos, un humilde cuidador de autos de más de 70 años, que hace un par de semanas fue apuñalado mortalmente por Juan Ramírez, joven indígena de 18 años, solo porque el hombre le exigió que no molestara a los visitantes a la Feria.
Triste cuadro de lucha social de ciudadanos humildes contra sus propios hermanos aún más pobres y degradados. Es entendible el reclamo de los manifestantes, pero… ¿no están errando en el blanco? La marcha de protesta, en lugar de ser contra los indígenas, ¿no debería ser contra las autoridades del Gobierno central, departamental y municipal, por desentenderse tan irresponsablemente de la suerte de los más desposeídos de todo?
Y pensar que atender la cuestión indígena fue una de las principales banderas del Gobierno Lugo. ¿Qué se ha hecho desde el Indi, aparte de haber utilizado políticamente y luego descartado a una digna y querida líder nativa como Margarita Mbywangi?
Me apena tanto por nuestros hermanos Indigenas,ellos que poblaron nuestra tierra antes que nosotros y,que ahora tengan que andar mendigando no es justo. El Gobierno tiene y debe de hacer algo al respecto. Yo vivo en el extranjero y acá el gobierno no hace nada sin consentimientos de sus Indigenas y lo llaman First Nation( Primera Nacion)ellos gozan absolutamente de todo,salud educación todo gratuito. no podríamos nosotros también copiar un poquito de estos ejemplo? Gracias por el espacio.
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