sábado, 8 de enero de 2011

Aniversarios

Este 5 de enero se cumplieron diez años del asesinato del periodista Salvador Medina. El 26 de abril se cumplirán veinte años del asesinato del periodista Santiago Leguizamón. Crímenes similares pero a la vez distintos, que unen sus aniversarios en este año del Bicentenario. Una misma realidad de inseguridad para el ejercicio del periodismo en el Paraguay, pero diferentes maneras de sentir la justicia y la impunidad, el olvido y la memoria.
Salvador Medina tenía 27 años de edad y lideraba la emisora comunitaria Ñemity FM, en Capiibary, San Pedro. Con su hermano Pablo, corresponsal del diario ABC Color en la región, realizaba una insistente campaña de denuncia contra la mafia del tráfico de rollos de madera, que aniquilaban los últimos bosques vírgenes.
El 5 de enero de 2001, mientras regresaba en una motocicleta, un hombre enmascarado salió de la espesura y le disparó a quemarropa, matándolo en el acto. Empezó una enrevesada investigación, que -aún con varios puntos cuestionables- obtuvo resultados inusuales. Se logró identificar al asesino, Milciades Maylin, quien fue condenado a 25 años de prisión. Sin embargo, Pablo Medina descubrió en 2005 que Maylin caminaba libremente por las calles. Supo entonces que el asesino se había “fugado” meses atrás de la cárcel de Villarrica, pero nadie se había molestado en comunicarlo.
Recapturado Maylin, reveló a Pablo el nombre de quien le encargó el asesinato de su hermano, un conocido político colorado de la región, ligado a las mafias, pero el juicio está varado en la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia desde hace más de cinco años, esperando se resuelva un pedido de revisión planteado por el defensor del detenido.
Esta semana, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) presentó en Miami una colección de videos sobre periodistas en situación de riesgo en Paraguay. Allí, Pablo Medina cuenta que sigue recibiendo amenazas de muerte y debe movilizarse custodiado por policías, y que en el caso de Salvador solo hubo “una justicia a media”, congelada en el tiempo.El otro caso, el de Santiago Leguizamón, director de Radio Mburucuyá, asesinado el 26 de abril de 1991 en Pedro Juan Caballero, es aún más grave. Santiago denunció a una rosca mafiosa con conexiones políticas con el poder -uno de cuyos socios de entonces hoy aspira a la presidencia de la República-, y lo pagó muy caro. A veinte años del crimen, no hubo un solo detenido, y permanece en la más absoluta impunidad. Sobre el caso Leguizamón volveremos con más detalles en próximos artículos.

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