domingo, 2 de enero de 2011
Bicentenario a lo Paraguay
Lo pude ver por televisión desde Ciudad del Este, gracias a la Red Guaraní, el único canal que se dignó en transmitir en vivo un espectáculo que intentaba pulsar la emotividad y el patriotismo de los paraguayos y paraguayas, en el primer día de este año 2011 que evoca el Bicentenario de nuestra Independencia, nada menos. Los demás canales de televisión estaban pasando, en ese momento, programas de entretenimiento o películas norteamericanas mil veces repetidas.
Después de haber visto –también por tevé- shows de similar evocación bicentenaria, como los de Argentina, Chile, México, tenía una secreta ilusión de que este primer intento paraguayo se aproxime al clima de excelencia artística, cultural, político-social y tecnológica, logrado en los países hermanos.
Pero una vez más, al parecer, se impuso nuestra idiosincracia nativa, y el resultado fue un producto en gran parte improvisado, o mal organizado, u organizado a medias, que popularmente ha sido calificado (aunque nos disguste la auto-estigmatización) como “un Bicentenario a lo Paraguay”.
En primer lugar, la clásica impuntualidad. Casi media hora de retraso para una multitud que esperaba desde el atardecer, fue una gran falta de respeto. ¿Es tan dificil empezar algo a tiempo?
Lo más lamentable de la noche fueron los discursos de las autoridades. Mediocres y desubicados para una ocasión tan digna. El impresentable presidente del Congreso, Oscar González Daher, dirigió un saludo chabacano, chato y sin contenido, que el público contestó con sonoros abucheos. El flamante intendente municipal de Asunción, Arnaldo Samaniego, demostró una vez más ser un pésimo orador. Pero quien estuvo más desacertado fue el vicepresidente Federico Franco, que confundió el acto cultural con algún mitin liberal, y pronunció un discurso de barricada, de mal gusto y poca rigurosidad histórica. Si lo que buscaban era inflamar patriotismo, produjeron el efecto contrario: que sintamos vergüenza de nuestros seudo-líderes políticos.
El show artístico fue bueno, aunque con desniveles. El coro de niños, emotivo. El concierto de las 200 Arpas del Bicentenario y su posterior ensamblaje con la orquesta Sonidos de la Tierra fue uno de los mejores momentos, pero el estupendo trabajo desarrollado por los maestros Luis Szarán y Cesar Cataldo se vio empobrecido por las serias fallas de sonido, que se notaban claramente en la transmisión televisiva, pero que según me confirmaron quienes asistieron al acto, fue aún peor en la plaza: una gran parte del público en las áreas periféricas del sector vip no podía escuchar y tampoco ver gran cosa en el escenario.
Otra intervención poco feliz fue la del "momento humorístico”. Un show sin mucho contenido, con caracterizaciones muy forzadas de Juana María de Lara y de Rodríguez de Francia. Hasta para caricaturizar a un personaje se necesita conocer sus características, y esa criatura no tenía ni asomo de la personalidad de 'El Supremo'. Gustavo Cabañas es un gran actor y un histriónico humorista, pero necesita un buen guión, que en esta oportunidad estuvo ausente. El humor también debe ser algo serio, y más en un espectáculo como este.
Lo inexplicable fueron los largos baches entre una y otra presentación. La emotiva danza de los indígenas Maká y del ballet Kamba cua quedó como descolgada, como un relleno mientras las autoridades se mudaban al otro escenario. Poco funcional para un espectáculo que debería pensarse como un gran show con potencialidad de transmisión televisiva internacional.
He leído en las redes sociales a muchas voces cuestionadoras del espectáculo de proyección audiovisual “mapping” sobre la fachada del Cabildo. A mí me gustó. Siempre será difícil comprimir 200 años de historia en 8 minutos, y la interpretación, así como la observación de lo interpretado, siempre resultará subjetiva, pero lo que se pudo ver fue emocionante: una proyección creativa, con un gran aprovechamiento del diseño arquitectónico del Cabildo.
Pero gran parte del ‘efecto sorpresa’ y el impacto se perdió por la sucesiva demora. El ensamblaje tenía que ser automático, tras el show artístico. Y me quedó, como espectador, un cierto sabor de boca de frustración, esa incómoda sensación de que una vez más dejamos pasar la oportunidad de hacer algo realmente bueno, algo que tenga impacto en nuestras almas y que además trascienda nuestras fronteras con buena calidad.
¿Qué será que nos impide hacer las cosas a la perfección? ¿Incapacidad de convocar a nuestros mejores talentos, y de crearles un clima para que trabajen juntos en equipo, por encima de las diferencias y las rencillas caseras? ¿Falta de liderazgo real en la Comisión Bicentenario? ¿Habrá posibilidad de mejorar esto, o es lo que nos espera a lo largo del 2011? ¿O será que si estamos ante el desafío de que “un Bicentenario a lo Paraguay?” pueda significar, de una vez por todas, una marca de excelencia y de cosas bien hechas?
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Con mucha expectativa fuimos mi hijo (16) arpista y yo a disfrutar de un espectáculo cultural de primer nivel -como lo es Sonidos de la Tierra con la dirección del maestro Luis Szarán y las 100 arpas del Bicentenario con César Cataldo. Llegamos a las 19.40, estacionamos bien sobre Palma frente a un conocido centro comercial, todavía quedaba muchísimo lugar para estacionar y/o circular, (una hora después sería muy complicado con una larga fila de autos para entrar en el estacionamiento debajo de la plaza de la democracia, que entorpecía la libre circulación)En fín, hasta las 21 hs estuvimos en frente a los escenarios tratando de ubicarnos en un lugar estratégico para poder apreciar /escuchar las arpas, pero a pesar de haber llegado temprano, era imposible, no por la cantidad de gente, que a esa hora era escasa aun, sino porque las estructuras, los árboles, las publicidades de los auspiciantes no permitían tener una visión el conjunto, menos aun con las rejas perimetrales dispuestas a tanta distancia del espectáculo. Como había leído que el espectáculo estaría "partido en dos" y que después de las arpas, pasaríamos a ver el tan nombrado "mapping" 3D, nos ubicamos frente al cabildo detrás de un palco. El ensayo de las arpas, ya nos hizo sentir el mal audio, mezclado con la banda que ejecutaba unos metros más atrás a todo redoble y trombones. Suficiente...la misma desorganización de siempre, sillas frente a los espectáculos sólo para los privilegiados, chupamedias y autoridades, el resto es conocido. Preferí volverme y verlo por TV con detalles, primeros planos y de diferentes ángulos, etc. Supongo que no habrá sido lo mismo verlo en vivo que por TV. Pero el "mapping" umía en 10 min los 200 años, sin explicación o subtitulos que orienten a los que desconocen los personajes que aparecían...A mi entender, un fiasco. Si ese es el lanzamiento de los festejos por el Bicentenario, más vale que se pongan las pilas y trabajemos enserio, más ahora!, que el Paraguay está en boca de todo el mundo por noticias tan buenas (como las económicas y otras), sepamos capitalizar todo eso y dejemos las "claques", el amiguismo, etc. y trabajemos enserio. El pais lo merece,Nuestros antepasados lo claman. Y las autoridades que dejen de figuretear y pasen a lo ultimo de la fila y dejen al pueblo que disfrute, hagan algo para el pueblo, el soberano pueblo. Nadie quiere escuchar discursos, queremos espectáculos culturales nacionales y bien pagados los artistas!!! Nada de afuera, ni malas copias de lo que hacen otros, queremos al paraguayo original, creativo y con alta autoestima,que los hay y más de lo que imaginan los miopes del gobierno. Chau
ResponderEliminarsolo una cosa con respecto a los canales de TV.. red guarani fue el unico que se ofrecio a transmitir gratuitamente como algo de interes nacional.. el resto de los canales querian cobrar,,
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