Hace cinco años, cuando aquel fastuoso Templo del Consumismo se convirtió en ratonera mortal, en un lugar tan siniestro que no hubiera imaginado ni el mismo Dante en su clásica representación del Infierno, encontraron que las puertas estaban cerradas. Esa disposición criminal le costó la vida a cerca de 400 seres humanos y dejó una similar cantidad de heridos.
Hoy, los sobrevivientes y los familiares de las víctimas del incendio del Supermercado Ycua Bolaños vuelven a encontrar otras puertas cerradas: las de este corrupto y kafkiano sistema jurídico que algunos insisten en llamar Justicia.
Si los plazos inexorables se cumplen, y la indolencia o la complicidad lo permiten, el próximo 2 de agosto la causa judicial por la más grande tragedia ocurrida en la historia del Paraguay -aparte de las dos guerras - se extinguirá sin remedio y quedará envuelta en la impunidad más terrible y absoluta.
¿Es posible tanta indolencia, tanta corrupción, tantos oídos sordos ante los gritos de dolor que se elevan al cielo?
A cinco años de la magna tragedia no hay un solo responsable preso. Todos los acusados de haber participado en las criminales decisiones y negligencias que enlutaron a la sociedad paraguaya gozan de libertad, mientras las víctimas deambulan cual molestos fantasmas, cada vez más solos y huérfanos de la solidaridad, mientras la Justicia se les escapa como arena entre los dedos.
Hoy quedan exactamente 42 días de plazo para que la causa se extinga oficialmente… y cada minuto que pasa es una carrera contra el tiempo. ¡Es hora de reaccionar y de unir nuevamente todas las voces, todas las manos, todos los corazones, junto a los incansables luchadores del 1-A!
La lucha por la Justicia no es solamente la lucha de las víctimas y sus familiares. Es una lucha de todos. El Paraguay entero será responsable si es que el mayor crimen colectivo acaba en el opa reí.
Seremos responsables de la impunidad los ciudadanos y ciudadanas que no fuimos lo suficientemente solidarios para indignarnos, alzar nuestra voz y actuar con justa rebeldía.
Serán responsables los partidos políticos y los miembros del Poder Legislativo, con sus ministros de la Corte inamovibles y sus magistrados elegidos por cuota.
Serán responsables los del actual y los del anterior Poder Ejecutivo, que prometieron tanto e hicieron muy poco por amparar los derechos de las víctimas.
Y por sobre todo serán responsables los que manejan este nefasto Poder Judicial, al que de Justicia ya solo le quedará el nombre.
Hoy, los sobrevivientes y los familiares de las víctimas del incendio del Supermercado Ycua Bolaños vuelven a encontrar otras puertas cerradas: las de este corrupto y kafkiano sistema jurídico que algunos insisten en llamar Justicia.
Si los plazos inexorables se cumplen, y la indolencia o la complicidad lo permiten, el próximo 2 de agosto la causa judicial por la más grande tragedia ocurrida en la historia del Paraguay -aparte de las dos guerras - se extinguirá sin remedio y quedará envuelta en la impunidad más terrible y absoluta.
¿Es posible tanta indolencia, tanta corrupción, tantos oídos sordos ante los gritos de dolor que se elevan al cielo?
A cinco años de la magna tragedia no hay un solo responsable preso. Todos los acusados de haber participado en las criminales decisiones y negligencias que enlutaron a la sociedad paraguaya gozan de libertad, mientras las víctimas deambulan cual molestos fantasmas, cada vez más solos y huérfanos de la solidaridad, mientras la Justicia se les escapa como arena entre los dedos.
Hoy quedan exactamente 42 días de plazo para que la causa se extinga oficialmente… y cada minuto que pasa es una carrera contra el tiempo. ¡Es hora de reaccionar y de unir nuevamente todas las voces, todas las manos, todos los corazones, junto a los incansables luchadores del 1-A!
La lucha por la Justicia no es solamente la lucha de las víctimas y sus familiares. Es una lucha de todos. El Paraguay entero será responsable si es que el mayor crimen colectivo acaba en el opa reí.
Seremos responsables de la impunidad los ciudadanos y ciudadanas que no fuimos lo suficientemente solidarios para indignarnos, alzar nuestra voz y actuar con justa rebeldía.
Serán responsables los partidos políticos y los miembros del Poder Legislativo, con sus ministros de la Corte inamovibles y sus magistrados elegidos por cuota.
Serán responsables los del actual y los del anterior Poder Ejecutivo, que prometieron tanto e hicieron muy poco por amparar los derechos de las víctimas.
Y por sobre todo serán responsables los que manejan este nefasto Poder Judicial, al que de Justicia ya solo le quedará el nombre.
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