jueves, 14 de enero de 2010

De carne somos


El escándalo ocasionado con el reparto de carne de 30 reses vacunas por parte de la familia Zavala a poblaciones humildes de Asunción y el departamento de Concepción, por “cortesía del EPP” fue una noticia –si se quiere- positiva: la comprobación de que el ganadero secuestrado Fidel Zavala está vivo, y de que la familia negocia su liberación.
El anuncio de la distribución como un regalo populista del llamado Ejército del Pueblo Paraguayo y el nuevo dramático pedido para que las tropas policiales se retiren de Concepción, fueron claras evidencias de que los familiares estaban cumpliendo exigencias impuestas por los secuestradores en un proceso de negociación.
También fue una comprobación dramática y lamentable para el Estado de Derecho: la facilidad e impunidad con que un grupo armado al margen de la Ley puede chantajear e imponer de manera pública su agenda, no solo al Gobierno, sino a los demás poderes de la República, a los medios de comunicación, a la clase política y a toda la sociedad paraguaya, a costa de mantener secuestrado a un ciudadano. Fue sin dudas un logro mediático del EPP en su pulseada político-criminal, pero las cosas no le salieron del todo bien.
No debería habernos extrañado que cientos de humildes compatriotas se atropellen en una larga fila para recibir un pedazo de carne, sin importarles que sea producto del secuestro y del chantaje. Hay una gran porción del Paraguay que, además del hambre y la miseria, sufre la consecuencia de largos años de ignorancia impuesta, de ciudadanía vaciada.
Pero entre el patético cuadro de los carnívoros sin conciencia, hubo fulgurantes destellos de valentía cívica, como la de los indígenas Mbya Guaraní de Boquerón, que nos dieron la hermosa lección de que se puede ser digno en la pobreza y rechazar la supuesta dádiva guerrillera, aunque ello signifique condenarse a más hambre. O como la de la aguerrida Ña Sara Servián, que nuevamente demostró que sus acciones solidarias están fundadas en una ética imbatible. La carne devuelta frente al portón de la Agrupación Especializada fue un certero boomerang contra el “operativo Robin Hood” del EPP.
Más condenable fue el oportunismo de muchos políticos de la oposición y de un sector de la prensa, que buscaron responsabilizar al Gobierno por permitir la repartija de carne, como si hubiera habido otra opción posible. Hay que reconocerlo: Rafael Filizzola es el primer ministro del Interior que está enfrentando de modo firme y decidido la aventura armada del EPP, que los anteriores gobiernos colorados dejaron crecer libremente con irresponsabilidad cómplice. Y lo hace caminando sobre el filo de la navaja, sabiendo muy bien que un eventual desenlace negativo en el caso Zavala tendría un elevadísimo costo político.

2 comentarios:

  1. éstos robin hood hijos de puta, no es culpa de la madre

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  2. EJÉRCITO PARAGUAYO DEL PUEBLO (EPP) III EN
    http://speedygonzalezesdeladea.blogspot.com/2010/01/ejercito-paraguayo-del-pueblo-epp-iii_19.html

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