martes, 13 de julio de 2010

Ser joven en el Paraguay (segunda parte)


–No te metas, mi hijo. No es tu problema.
–Sos muy joven todavía, no podés entender.
–¡Sacate ese arito, parecés un maricón!
–¡Estás loca...! ¿Cómo vas a estudiar esa carrera? ¡Te vas a morir de hambre!
–Vas a estudiar ingeniería, como tu papá. Así tenés el futuro asegurado.
–¡Apagá esa música horrible!
–Dejá de escribir boludeces y hacé algo productivo.
–Esa chica no te conviene.
–Tenés que volver antes de la una.
–Esos amigos no te convienen.
–Vos andás en algo raro.
–¿Cómo vas a salir vestida así a la calle?
–¡Cortate el cabello, parecés una mujer!
–¿Por qué te cortaste el pelo tan cortito? ¡Parecés un tipo!
–Cuando seas grande vas a poder decidir.

***

¿Les suena conocido...?
Son algunas de las características frases con las que los adultos solemos "orientar" la vida de los jóvenes.
Les hablamos desde la distancia.
Desde atrás de una muralla.
Desde el otro lado de los barrotes de una cuna.
Creemos que todavía no han crecido, cuando en verdad quienes no hemos terminado de crecer somos nosotros.
Nunca les hablamos, por ejemplo, sobre el sexo. ¿Será porque nosotros mismos no sabemos lo que es?
Los cuidamos de las drogas, pero no de los malos gobiernos, ni de esa otra droga que es la mala televisión.
Les reprochamos que el reguetón o el trash metal no son música, sino ruido para drogadictos, olvidando que nuestros padres nos decían lo mismo cada vez que escuchábamos a U 2, a Pink Floyd, a los Rolling o a The Beatles.
Ellos se juntan en el shop, a la salida del cole.
Beben cerveza como si tuvieran toda la sed del mundo.
Ponen el volumen de la música al máximo, pero no les alcanza para aturdirse.
Quieren votar, pero no saben a quién. La palabra política les produce náuseas. Sueñan con un país diferente, pero no saben cómo...
A veces quisieran estar lejos, muy lejos.
Han nacido en nuestros brazos... y de pronto parecen extraños.
Ya no los conocemos, o tenemos miedo de conocerlos.
A lo mejor no hay que buscar entenderlos.
A lo mejor solo hay que quererlos.

2 comentarios:

  1. Está genial! Me siento tan identificado con las frases, creo que los jóvenes las hemos escuchado varias veces, y más de una frase.

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