lunes, 18 de mayo de 2009

Querida Ña Sara

No necesita ganar elecciones y ocupar un alto cargo en el Gobierno para transformar positivamente su entorno social. No inventa historias sobre conspiraciones políticas o anónimos planes de atentados para llamar la atención; simplemente hace noticia con su cotidiana y esforzada labor.
No recibe millonarios aportes de Yacyretá o Itaipú para financiar pomposos encuentros revolucionarios en donde discutir hipotéticas acciones de compromiso con el cambio; mientras muchos otros se pasan debatiendo, ella está trabajando y produciendo cambios efectivos, todos los días.
En el Día de la Madre, numerosas familias pobres han podido celebrar y compartir una comida digna, gracias a la campaña que Sara Servián implementa desde la Coordinadora de Amas de Casa, junto con la Cámara Paraguaya de Supermercados, poniendo a disposición 100 paquetes diarios de productos comestibles abaratados en 74 supermercados del país.
Ña Sara empezó esta iniciativa hace 3 años, junto al dueño de un supermercado barrial, cuando se le ocurrió crear un combo de productos básicos para una cena de Navidad, a un costo reducido para la gente humilde. Bautizó al emprendimiento con un nombre en guaraní que se volvió legendario: “Ñande karura”.
Su férrea voluntad encontró eco favorable en los empresarios de la Capasu, que hoy la ayudan a multiplicar la iniciativa cual bíblicos panes y peces en más supermercados y en varias épocas del año.
Es una mujer ya anciana, modesta y sufrida, pero su avanzada edad no le impide estar de pie todos los días, dirigiendo el comedor Mitâ Raity, en Tablada Nueva, donde entre 100 a 200 niños pobres hallan un plato de comida y sobreabundancia de amor.
Incansable luchadora, está siempre presente en las movilizaciones por una causa justa. “El derecho se exige, no se mendiga”, es su frase favorita. Pero no vacila en abrirse y plantear su postura crítica cuando sienten que la quieren utilizar, como sucedió recientemente con la marcha de los Sin Techos.
Hay un episodio que la pinta de cuerpo entero. En abril de 2008, tras la victoria electoral de la Alianza, Ña Sara estaba en la casa de Fernando Lugo, en Lambaré, cuando vio al coronel Heriberto Galeano. Encaró al militar y le increpó: “¿Qué hace aquí? ¡Usted es un corrupto, un símbolo del Paraguay que queremos cambiar!”. Cuando le dijeron que el propio Lugo mandó llamar al coronel, reaccionó airada: “¡Si eso es verdad, a partir de ahora me convierto en la primera opositora a Lugo!”.
En estos días en que muchos hablan del desencanto colectivo ante la inacción y la torpeza gubernamental, o cuando dicen que no hay noticias positivas, ni líderes en quien confiar, destaco la figura de Ña Sara. Ella es un ejemplo vivo y cotidiano de que el cambio es posible. Solo hace falta tener coherencia, idealismo, convicciones firmes, voluntad y espíritu de trabajar por los demás.

1 comentario:

  1. Mi estimado Andrés, excelente artículo, si tan solo existieran 10 o 15 Doña Sara en nuestro país que muchas cosas haríamos. Realmetne esta honorable señora es un digno ejemplo para todos. En el blog de Luís Agüero dice al respecto:“Yo me pregunto cómo es que tienen 98 millones para darles a unos jóvenes para colgar en un cuartel fotos del Che (Guevara) y (Hugo) Chávez; o un millón de dólares para festicholas, en un país golpeado por la hambruna, y niega a la gente pobre”, dijo.

    Yacyretá, considerada la caja chica del gobierno de Lugo, en cinco meses compró 14 camionetas 0 km, a un precio promedio de 30.000 dólares, para la Presidencia. A esto hay que sumar millones que sigue invirtiendo en publicidad y sobresueldo de empleados. Mientras, doña Sara sigue haciendo malabarismos para dar de comer a los pequeños. ¿Cómo hace para preparar alimentos para esa cantidad de niños?, es la pregunta, y la respuesta no se hace esperar: “a pechazo limpio”. Diariamente, pide apoyo a almacenes, supermercados o personas de buena voluntad, que le proveen los ingredientes para preparar el almuerzo.

    Los asistidos son hijos de cartoneros, vendedores ambulantes, carriteros, que a tempranas horas de la madrugada abandonan sus precarias casas para salir a ganar unos guaraníes.

    Mientras, doña Sara, a sus 78 años, se sigue levantando todos los días a las 4:00 para preparar el desayuno, porque al amanecer ya tiene unos 80 niños hambrientos que alimentar. Para el mediodía, la cantidad trepa a 300.

    El 18 de julio de 2008, Fernando Lugo visitó el comedor comunitario de Sara Servián. Antes de llegar, hizo una parada en un supermercado donde compró productos no perecederos. La activista social le hizo caminar por el lodazal y le llevó a una de las casas más precarias para mostrarle cómo viven. En un programa televisivo, doña Sara le recordó al Presidente aquella visita, y le dijo que a 8 meses, esa familia sigue durmiendo en el suelo".
    Bueno con esto creo que se podría crear otra entrada, pero bue, es la realidad!
    Un saludo.

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