miércoles, 1 de julio de 2009

La justicia kamba ra'anga


Montanaro vuelve al Paraguay, en silla de ruedas y con tapabocas (Foto: Juan Aguero). Su representación cómica a cargo de los kamba ra’anga de Itaguazú (Foto: René González).


No hubo necesidad de que el enmascarado y folklórico locutor en guaraní nombrara siquiera su nombre.
En la mágica noche de Itaguazú, en las cumbres de la agreste serranía de Altos, los guaikuru y los kamba ra’anga bailan una danza colectiva que evoca antiguos rituales de fuego, al son de la banda koygua, mientras la multitud apretujada en torno a la kancha kora aplaude y festeja cada representación cómica surgida del ingenio popular.
“¡Ahora llega un visitante famoso…! ¡Alguien que seguramente hizo muchas cosas malas en el pasado y que se fue del país cuando las cosas se pusieron bien feas…! ¡Pero aquí está de vuelta con nosotros…!”, exclama en lenguaje aborigen la voz impostada del locutor con máscara de travieso duende.
Entre el murmullo multicolor de la fiesta popular se abre paso una grotesca figura en silla de ruedas, escoltada por otras siluetas igualmente enmascaradas.
Se produce un repentino silencio. Un momento muy breve en que el inconsciente colectivo rescata de la memoria la otra imagen: la original, la que se registró en la madrugada de ese viernes 1 de mayo de 2009, en los corredores del Aeropuerto Internacional Silvio Pettirossi, cuando aquellas fotografías e imágenes en video le mostraron al mundo que el ex ministro del Interior y victimario mayor de la dictadura stronista, prófugo de la Justicia, Sabino Augusto Montanaro, había llegado sorpresivamente, anciano y enfermo, con la intención de morir en su patria.
No hubo siquiera necesidad de nombrar su nombre. Bastó la caricatura de aquella imagen que se multiplicó en las pantallas de la televisión, en las portadas de los diarios y en los sitios web de noticias.
Aquel anciano de siniestra historia, conducido en silla de ruedas, con un tapabocas que le cubría el rostro, volvía a revivir en forma de farsa por un kamba ra’anga enmascarado, vestido con una tosca túnica hecha de bolsas de tela, trasladado en su silla por otros personajes aun más grotescos, en medio de la hilaridad y los gritos de jolgorio de la muchedumbre, mientras era paseado en una caravana, sometido a estrambóticas caídas, golpes y gritos de burlas.
“Oú jey Montanaro (El regreso de Montanaro)” se convirtió en la representación cómica más celebrada y exitosa en la tradicional fiesta de San Pedro y San Pablo, en la compañía Itaguazú de Altos, durante las noches del 28, 29 y 30 de junio.
En la representación anónima de la comedia popular, con sus identidades difuminadas detrás de las máscaras, los jóvenes pobladores campesinos asumen la corporización de un anhelo colectivo. Y mientras el verdadero Montanaro sigue evadiendo el justo castigo gracias a los resquicios de una Ley que él nunca supo cumplir ni respetar, su otro yo caricaturizado en la leyenda ritual de Itaguazú recibe la condena social de la burla y el escarnio público.
Es la justicia kamba ra’anga.

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