viernes, 5 de octubre de 2007

¡No a la censura del Orkut!

Si no fuera por el Orkut, Última Hora no habría publicado la mayor primicia periodística del 2007: el hallazgo con vida del locutor Enrique “Kike” Galeano, a quien se consideraba desaparecido y asesinado. Una internauta lo detectó en su comunidad y proveyó el dato. A través del Orkut contactamos con él para que acepte ser entrevistado en Sao Paulo, Brasil, en julio pasado, y emerger desde la clandestinidad a dar vuelta la historia.
Por intermedio del Orkut, el cyber-periodista Guilherme Dreyer, del blog SopaBrasiguaia.com, de Foz de Yguazú, pudo obtener valiosas pistas sobre el robo de billetes de 50 mil guaraníes de la Serie C, cuando halló que un joven brasileño ofrecía dinero paraguayo por internet a menos de su valor real.
El Orkut fue la principal fuente de información de la colega Mabel Renhfeldt, del diario ABC Color, en sus reportajes sobre el presunto enriquecimiento ilícito del actual director paraguayo de Itaipú, Víctor Bernal, pues los propios hijos y familiares del funcionario habían alzado allí reveladores datos y fotografías sobre costosos viajes y fastuosos bienes adquiridos.
Son apenas tres ejemplos de la utilidad de este sitio en internet.
En 2001, Orkut Büyükkökten, joven ingeniero de origen turco, creó en la universidad de Stanford, Estados Unidos, un programa llamado Club Nexus, que solo pretendía establecer un “registro” de amigos que comparten intereses en la red. Tuvo tanta aceptación que de allí nació una empresa, Affinity Engines, y el proyecto se transformó en un producto comercial, bautizado como InCircle. Como sucede con todo lo que tiene éxito en Internet, la poderosa compañía Google ofreció un contrato millonario a Büyükkökten y relanzó el programa con el nombre de su creador, en enero de 2004. Hoy tiene cerca de 70 millones de usuarios en el mundo.
El Orkut es una red social para hacer relaciones y formar grupos o comunidades por temas y categorías, abrir foros y debates, compartir datos, fotos y videos, establecer citas, hacer anuncios, enviar mensajes, etc. Lo mágico es que se puede hacer amistad o establecer relación amorosa con alguien que pertenece a otra cultura y se halla a millones de kilómetros, pero tiene los mismos sueños e ideales que uno, y le desvelan las mismas preguntas existenciales.
Me volví “orkutiano” hace poco, cuando entendí que es una herramienta informática útil para el trabajo periodístico. Desde entonces, además de un eficaz medio para mantenerme comunicado con amigos y amigas, voy sumando a nuevos contactos que me enriquecen como profesional y ser humano. Entre mis comunidades hay sitios de idealismo como “Quiero cambiar el mundo”, “Justicia para Ycuá Bolaños”, “Yo quiero mejorar Ciudad del Este”, o sitios de formación profesional y debate como “Periodismo en español”, “Periodismo UNA”, “ÚH digital” o “Leer es un placer”.
Por eso me sentí alarmado en estos días, al oír voces airadas de educadores y padres de familia que piden censurar o clausurar el Orkut en Paraguay, en respuesta a inadaptados sociales que lo mal utilizan para agredir, insultar o amenazar a otras personas. Lo preocupante es que el pedido totalitario encuentra eco en profesionales de la Fiscalía y en legisladores que ya tienen hasta un proyecto de Ley para censurar internet.
Sé que es grave y preocupante que desde la red se promueva el odio, la intolerancia, el racismo o la violencia. Pero, ¿acaso la mejor respuesta es prohibir, censurar, clausurar un espacio de comunicación? También hay inadaptados que usan el teléfono para insultar y hasta amenazar de muerte. ¿A quien se le ocurre prohibir por ello el uso del teléfono?
Como toda máquina, las computadoras interconectadas no tienen moral. Si alguien muere acuchillado, la culpa no es del cuchillo sino de quien lo empuña. El cuchillo en manos de Jack El Destripador es un arma de terror, pero en las de Sarita Garófalo hace manjares en la cocina, en las del tallador Zenón Paéz produce obras de arte, y en las de un médico cirujano permite salvar vidas. ¡Arresten a Jack El Destripador, pero no le quiten el cuchillo a Sarita, a Zenón, ni al cirujano!
Aunque todavía está en pañales, internet es uno de los espacios de mayor libertad del que hoy dispone la humanidad para comunicarse, informarse, expresarse y ayudarse a ser mejor. Paradójicamente, un instrumento tecnológico creado por quienes dominan el mundo, se ha convertido en el único espacio realmente libre de comunicación que ni la CIA, ni el Pentágono, ni todos los servicios de inteligencia y seguridad del planeta pueden controlar.
¿Vamos a dejar que los totalitarios nos quiten pedazos de cielo informático?
Ayer fue Radio Ñandutí, ABC, Última Hora, La Tribuna, El Pueblo, El Radical, Comunidad, la obra teatral “San Fernando”...
Hoy puede ser el Orkut.
Mañana, quien sabe…
¡No a la censura!

2 comentarios:

  1. Tenés un blog de lo más interesante, Andrés. Ya te agregué a mi blogroll, nos leemos.

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  2. SABES QUE ESTA BUENO LO DICHO MUY CIERTO LO QUE DECIS!!

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