domingo, 19 de agosto de 2012

Que no se apaguen las otras voces




(Publicado por: Andrés Colmán Gutiérrez en ÚH - Sábado 04 Agosto 2012).

Como para que no resultara tan simbólico, llegaron el martes 31 de julio, el siguiente al Día de la Amistad.
Eran tres funcionarios de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), que se presentaron en las instalaciones de Radio Candela, una popular emisora comunitaria en Encarnación, perteneciente a la organización feminista Kuña Róga, afirmando que venían a realizar "una revisión técnica de rutina".
Cipriana Bogarín, presidenta de Kuña Róga, denuncia, sin embargo, que la visita no tuvo nada de rutinaria y sí mucho de amenaza. "Fue una medida de amedrentamiento", asegura, que se produjo a pocos días de que la emisora diera una amplia cobertura al acto de protesta protagonizado por el Frente por la Defensa de la Democracia de Encarnación, a modo de "escrache" contra el presidente de la República, Federico Franco, durante su visita a la capital de Itapúa, el viernes 28 de julio, tras calificar al mismo como un "mandatario golpista".
Llamativamente, el lunes siguiente, sin ninguna orden escrita y ni siquiera portar un carnet institucional que los identifique, los funcionarios Francisco Duarte, Edith Villalba y Hugo Ascurra llegaron hasta el local de Radio Candela a tomar fotografías y a hacer muchas preguntas, asegurando, al retirarse, que la emisora funcionaba en forma "irregular" y que regresarían a concluir la intervención.
Kuña Róga sostiene, en cambio, que la emisora funciona regularmente desde el 2002, con autorización de la propia Conatel, y que hasta ahora no había contado con ningún impedimento.
El incidente se produce en un momento en que diversas organizaciones internacionales de periodismo y de defensa de la libertad de expresión tienen en la mira al Paraguay, por denuncias de presuntos casos de hostigamiento y persecución ideológica a comunicadores estatales y de medios públicos, tras la destitución por juicio político sumario del presidente Fernando Lugo, el pasado 22 de junio.
En un primer informe, la organización Reporteros Sin Fronteras, con sede en París, ya había alertado que los nuevos directivos de Conatel tenían en miras el desmantelamiento de unas 200 radios comunitarias, por considerar que tienen un fuerte perfil opositor al nuevo Gobierno.
Con sus luces y sombras, y aún con las cuestionables limitaciones de la Ley y los intereses creados, las radios comunitarias en el Paraguay se han convertido en una interesante red de medios alternativos, al alcance de sectores ciudadanos, que permiten difundir y conocer voces distintas a las del modelo hegemónico de la radiofonía comercial.
Intentar neutralizar o apagar estas otras voces -además de significar un grave atentado contra la libertad de expresión-, solo ayudaría a ratificar la presunción de quienes insisten en calificar que el actual Gobierno tiene un fuerte sesgo autoritario.

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